La semana pasada, tuvimos el honor y con un poco de pena, de asistir a la misa de despedida del Padre Juan, que empieza una nueva etapa en Portugal. Fue una misa entrañable, y multitudinaria. Estuvo acompañado por toda su Comunidad, por los que le conocían mucho y no tanto, por los jóvenes y no tan jóvenes. Se lo merecía. Ha dejado mucha huella en todos durante este tiempo, y la carta que se leyó al final de la misa, da testimonio de ello.
Su originalidad, su cercanía como persona, el buen humor y alegría que ha demostrado durante estos años, se echarán de menos, y le deseamos que en los próximos años en Portugal, sean igual de fructíferos que lo que fueron aquí.
Muchas gracias Padre Juan por todos estos años. Gracias de todo corazón.