La Alianza de Amor nos hace Familia. Familia con una Madre, María; un Padre, nuestro Fundador, Padre José Kentenich -reflejo de Dios Padre-, y un hogar, el Santuario. Familia que es Movimiento de renovación formado por personas de todas las edades y estados de vida. Familia que acoge a cada uno en su originalidad y que se pone en salida.
La espiritualidad es nuestro camino original dentro de la Iglesia. Se fundamenta en la fe práctica en la divina Providencia: buscar activamente la voluntad de Dios en la vida y en los acontecimientos, y responderle filial y confiadamente. Dios no sólo cuida de los hombres y del mundo, sino que expresa y manifiesta sus deseos de manera tal que el hombre los puede captar y responder.
Espiritualidad con tres dimensiones esenciales:
La Alianza de Amor con la Virgen María es la forma orginal que tenemos de consagrarnos a Ella, y a través de Ella a Dios. Nuestra espiritualidad nace, crece y se hace fecunda en unión de amor con la Virgen María: ¡Nada sin Ti, nada sin nosotros!
Por la Alianza de Amor nos ponemos en manos de María como sus instrumentos, para que Ella nos utilice en las necesidades que nuestro mundo actual tiene. Instrumentos del amor de Dios hacia las personas. Instrumentos para la renovación del mundo.
Santidad que une de forma armónica fe y vida, que busca el equilibrio entre la vinculación a Dios, a las personas, a las cosas y al trabajo. Santidad que consiste en hacer lo ordinario extraordinariamente bien y que le imprime a todas las cosas el sello del amor.
Schoenstatt, un lugar en Alemania. Una capillita convertida en Santuario, fuente de vida y renovación espiritual. Santuario donde María nos conduce a Jesús, abre nuestros corazones al Espíritu Santo, nos muestra el rostro del Padre. Allí nos cobija en su corazón de Madre. En la fuerza de la Alianza nos transforma. Enciende nuestros corazones en la misión y nos envía como apóstoles a todos los ámbitos.
Lugar de gracias que se multiplica por el mundo. Santuarios filiales en los cinco continentes, Santuarios del hogar, Santuarios del trabajo, Santuarios del corazón. En definitiva, Santuarios de Schoenstatt, porque allí se vive en Alianza de Amor.
Misión recibida en la Alianza de Amor. Misión de ayudar a la Iglesia a renovar el mundo en Cristo y María. Misión que comienza al forjar nuestra propia personalidad: libre, filial y armónica, que conquista una síntensis vital entre fe y vida, entre naturaleza y gracia. Un hombre nuevo que busca plasmar la realidad de acuerdo al querer de Dios. Y una comunidad nueva, formada por personalidades autónomas, unidas por el vínculo del amor que nos hace responsables a los unos por los otros: germen y alma de un nuevo orden social.
Misión, también, de promover la unión de las fuerzas apostólicas en todos los campos, para afrontar en común el desafío y la tarea evangelizadora que presenta la realidad actual de la Iglesia.
María en el Santuario nos recibe.
María en el Santuario nos educa.
María en el Santuario nos envía.
Educar: servir desinteresadamente a la vida y a la originalidad de las personas. Despertar vida no solo con la palabra sino con el ejemplo y por la fuerza del amor: ser educadores educados.
Forjar personalidades auténticas. La gracia se une a un vigoroso esfuerzo de educación. Schoenstatt tiene su propia pedagogía. Pedagogía que nace del corazón y la experiencia del Padre Kentenich.